¿Sera el sabor? No lo se. Pero desde que lo probe por primera vez, me dejo enganchada. Hasta en frios dias de invierno, encontraba una buena excusa para saborearlo.
Tal vez sea su ambiente. Poder pararte a descansar en un sillon confortable despues de haber estado horas pateandote la ciudad. Yo particularmente, suelo buscar los orejeros. Y cerrar los ojos, y dejarte llevar por la musica jazz a otra esfera. Una en la que el bullicio de Madrid no existe. Estas solo tu y tus sorbos de cafe.
Pero hay mas. Este sabado habia un valor añadido. El cafe fue compartido. Mientras yo escribia estas lineas David estaba a mi lado. Paciente. Realmente este ha sido un buen fin de semana. mmmmm......
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